Mis primeras webs serias

Qué pasa, minotauro.

He estado estos últimos días contándote cómo fueron mis andanzas escribiendo y ganando dinero con ello.

Pero también te dije que, mientras tanto, iba montando webs. Algunas funcionaban, otras no, otras a veces sí, otras a veces no. Vamos a profundizar en esto de las webs.

Webs serias, quiero decir. De las webs gitanas te hablaré mañana.

Yo empecé a montar webs tan pronto como llegué al mundo del joseo online. Muy poco después de empezar a escribir para clientes.

Recuerdo que la primera web fue de aires acondicionados. Un fracaso total. La siguiente fue sobre perros. Otro fracaso absoluto. La tercera fue sobre ácido hialurónico. Fue decentemente.

Pero todo eso eran pruebas. En aquella época debí montar una veintena de webs que entre pitos y flautas acabaron muriendo todas.

Pero allá por finales de 2016 aprox empecé a montar una web de análisis de productos con un socio.

Para finales 2017 tenía el negocio de la redacción externalizado y la web con el socio generando unos 800 eurillos (a repartir entre dos).

Por esas mismas fechas me mudé de Barcelona a Asturias y ya con todo el tiempo del mundo pude trabajar a gusto y monté mis propias webs.

Le compré una web a @olgarusu por creo que fueron 300 euros. La reformé entera. Al cabo de un par de meses estaba dando 100 euros al mes.

Venirme a Asturias me dio una perspectiva diferente: Hay sitios donde llueve mucho. Monté una web de paraguas. También fue bien. Generaba otros 100 eurillos al mes.

Y, cuidado, esta web de paraguas fue la que inspiró mis webs gitanas. Pero de las webs gitanas hablamos mañana.

También monté otra de maletas y bolsas y cosas así. Creo que monté alguna otra, pero no recuerdo la temática.

Total, que, para mediados de 2018 yo tenía el negocio de redacción, unas cuantas webs propias y la web con mi socio.

No recuerdo cifras exactas, pero yo calculo que debería estar ganando unos 2000 por redacción, 300 eurillos con mis webs y 500 con la que tenía con el socio.

Fue por estas fechas cuando monté mi primera web gitana. Pero de eso te hablaré mañana.

Hacia 2019 las webs gitanas funcionaban y las webs serias también.

En este momento, dejé lo de la redacción. Algunos redactores se fueron, otros se pasaron de listos y me buscaron un par de problemas, un cliente grande cambió la chavala que gestionaba los pedidos y no congeniamos… Todo mal. Así que dejé de redactar.

Total, las webs iban de puta madre, ¿pa qué seguir perdiendo el tiempo con la redacción?

Así que le compré a mi socio su mitad de la web. Me puse en 5000 pavos al mes entre webs serias y gitanas.

Pero la alegría dura poco en la casa del pobre. Eso fue en febrero de 2019, si no recuerdo mal.

Pues bien, en abril de 2019 tuvo lugar el gran desastre. La hecatombe webística. El Holodomor del joseo.

Google vio mi web automática y tuvo a bien penalizarla manualmente. Y, ya que estaba, echó un vistazo a las demás webs que tenía en Search Console.

Me las folló todas.

Todas menos la que le acababa de comprar a mi socio (algo es algo, porque era una web que daba bastante dinero).

Todas las demás, a tomar por culo. Y, ojo, que eran buenas webs. Pagaron webs justas por webs pecadoras.

Pero bueno, no había más cojones.

Cogí las webs penalizadas, quité los contenidos, los reutilicé en la web grande y me puse a trabajar en ella.

La puse en 2000 euros al mes, creo recordar.

Y en noviembre de 2019… ¡PATAPÁM!

Un cambio de algoritmo de Google me mandó a tomar por culo esa web también.

Total, que salvé los muebles como pude y la vendí por 8000€ allá por enero o febrero de 2020.

Desde ese principio de 2020 no he vuelto a montar webs de forma seria y diligente como lo hacía antes.

Me he tirado dos años parado, con una pequeña excepción gitana que te contaré mañana. Por lo demás, lo único que he hecho ha sido escribir para clientes.

Me tocaron bastante los cojones y me desmoralizaron, la verdad.

Pero eso va a cambiar a partir de abril.

Pero eso no te lo contaré mañana. Te lo contaré pasado.

¿Te he hecho el lío?

No te rayes. Mañana a las 21:00 nos vemos.